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Hormigón bajo en carbono: fórmulas que reducen emisiones en construcción

  • Foto del escritor: Viviana Talavera
    Viviana Talavera
  • 23 sept
  • 2 Min. de lectura

Descubre cómo el hormigón bajo en carbono está transformando la construcción. Fórmulas innovadoras, casos reales y beneficios ambientales ¡Construye con impacto!


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La industria de la construcción está viviendo una transformación radical. El hormigón, uno de los materiales para construcción más utilizados en el mundo, representa cerca del 8% de las emisiones globales de CO₂. Sin embargo, nuevas fórmulas están cambiando el panorama, permitiendo una fabricación más limpia sin sacrificar resistencia y durabilidad.


¿Por qué necesitamos hormigón bajo en carbono?


La producción de cemento, componente clave del hormigón, genera la mayoría de las emisiones asociadas. En un contexto de urbanización acelerada y metas climáticas como la neutralidad de carbono para 2050, es urgente adoptar soluciones más ecológicas.


Además, el avance de la economía circular de las empresas y el reciclaje de residuos exige que los materiales tradicionales evolucionen hacia versiones más sostenibles, como ocurre con el plástico reciclado, los ladrillos de plásticos o la madera laminada encolada.


Fórmulas innovadoras que están revolucionando el sector


1. Uso de biocarbón (biochar)

El biocarbón actúa como sumidero de carbono. Por cada kilo incorporado en la mezcla, se pueden evitar hasta 3 kg de CO₂. Este tipo de hormigón bajo carbono ya se aplica en túneles, puentes, carreteras y viviendas, demostrando su viabilidad estructural y ambiental.


2. Cementos alternativos

  • LC3 (caliza + arcilla calcinada): reduce hasta un 40% las emisiones respecto al cemento tradicional.

  • Cementos sin clinker: como los desarrollados por Hoffmann Green, bajan la huella de carbono hasta en un 80%.


Estas fórmulas permiten mantener la resistencia del hormigón mientras se reduce drásticamente su impacto ambiental.


3. Materiales reciclados

La reutilización de residuos de construcción y demolición (CDM) es clave en el reciclaje de residuos. Empresas como Holcim han integrado más de 10 millones de toneladas de CDM en nuevas soluciones, alineándose con el uso de productos reciclados y objetos de plástico en la arquitectura circular.


4. Inteligencia artificial aplicada

Algoritmos genéticos y modelado termodinámico permiten simular miles de combinaciones para encontrar mezclas óptimas. Se identifican sustitutos del clinker como ceniza volante o escoria de acero, optimizando el rendimiento del hormigón bajo en carbono.


Proyectos reales que ya lo están utilizando

  • Puente Simone Veil (Burdeos, Francia): reducción estimada del 50% de CO₂ en cimentaciones.

  • North East Link (Melbourne, Australia): reducción del 25% en alcantarillas.

  • Planta CCS de Heidelberg (Brevik, Noruega): reducción de 400.000 toneladas de CO₂ al año.

  • Oficinas El Corte Inglés (Madrid, España): uso de hormigón ECOPact con reducción significativa de emisiones.


Estos casos demuestran que el hormigón bajo en carbono no es una promesa futurista, sino una realidad en expansión.


Retos y oportunidades para su adopción


Aunque los beneficios son evidentes, existen barreras que deben superarse:

  • Normativas obsoletas: limitan la adopción masiva de nuevas fórmulas.

  • Costes iniciales más altos: aunque compensados por durabilidad y ahorro energético.

  • Falta de formación: se requiere capacitación en toda la cadena de valor, desde diseño hasta ejecución.


La solución pasa por actualizar regulaciones, fomentar la innovación y promover el uso de materiales reciclados, como ocurre en la aplicación de madera contralaminada o en empresas de plástico reciclado.


¿Tu empresa está lista para construir con menos emisiones?


En Forus Green te ayudamos a integrar soluciones como el hormigón bajo en carbono en proyectos sostenibles, combinando eficiencia estructural, economía circular y reducción de emisiones.


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